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martes, 8 de agosto de 2023

RUTA SENDERISTA POR TORÁS

“TIERRAS DONDE VIO LA LUZ PONZ, Y COSAS QUE ACONTECIERON DESPUÉS”.


Fecha: Julio de 2023.

Autor: Paco Mas.


La presente ruta recorre diferentes parajes de la zona norte del término de Torás, en los que podremos observar diversos elementos de interés. Es una ruta de nivel medio, con una distancia de unos 11 kilómetros, escaso desnivel (si bien algunos tramos son algo dificultosos de andar), y algo más de 3 horas y media netas de caminar, pero que con las paradas y observaciones se alarga a media jornada o más, dependiendo de nuestra atención e interés.

La ruta transita por una zona gravemente afectada por el incendio forestal de agosto de 2022, por lo que muchas zonas están desoladas. No obstante podremos observar cómo el monte se regenera, a veces con fuerza, y en cambio, hay otras zonas en cambio el proceso es muy lento, con grave riesgo de pérdida de suelo y desertización. Pese a la parcial desolación, la ruta es interesante de recorrer.

Iremos primero a ver elementos y rincones bien bonitos, como son el rincón de la Fuente del Chorrillo, el antiguo molino, el Pocico de San Vicente, la Balsa de los Moros, el Embalse de Camarillas y la fuente con su área de recreo. Después seguiremos por un paso de ganado y zonas de monte, para llegar a una parte de los restos del casi desaparecido conjunto de la Masía de la Cerrada. En este despoblado nació el ilustre escritor Antonio Ponz (siglo XVIII). Continuaremos por la Vía Verde de Ojos Negros, habilitada sobre la plataforma del antiguo tren minero, que discurre paralela al ferrocarril de Renfe. Ambos trenes se montaron alrededor de 1900, el tren minero dejó de funcionar en 1972, y la estación de Renfe de Torás-Bejís dejó de estar en uso alrededor de 1990.

Continuaremos en dirección a la zona de Aguamala, subiremos al Cerro del Romeral (o de Aguamala), donde podremos observar numerosos restos bélicos, como trincheras, casetas y refugios, todo ello resultado de la lamentable Guerra Civil de 1936-1939, que afectó gravemente a esta zona dentro del Frente de Levante. Al bajar del cerro iremos a ver otros elementos diferentes, en este caso de interés geológico; primero una zona de yesos y luego una zona de arenas, ambas explotadas hace unas décadas. Por último atravesaremos el Barranco Hondonero para acabar de nuevo en el pueblo de Torás.

 
Distancia: 11 kilómetros.

Desnivel: 350 metros.

Duración neta de caminar: 3h 40'.

Dificultad: media (no por la distancia ni el desnivel, sino por algunos pequeños tramos).

Circular: Sí.

Vista de Torás con el entorno quemado


DESCRIPCIÓN DETALLADA DE LA RUTA:

Iniciamos la ruta en la Plaza de la Iglesia de Torás, iglesia dedicada a Santa Quiteria, siguiendo la carretera a Bejís. Al pasar junto al pabellón multiusos tomamos el camino señalizado hacia la Fuente del Chorrillo, cómodo carril que atraviesa el paraje de las Balsicas y que nos lleva en poco más de 10 minutos al agradable y bonito rincón de la Fuente del Chorrillo.


Seguimos por una senda poco visible, pues en este rincón la maleza crece por ser umbría y también por la humedad de la fuente y de las acequias. La senda arranca a la derecha de la fuente, sigue más o menos paralela a una acequia, y bordea por la derecha los restos del antiguo molino de Torás. Subimos un pequeño y curioso tramo escalonado en la propia roca, pasando junto al caz (acequia que alimentaba el cubo del molino); todavía son visibles el caz y parte del cubo. Enseguida llegamos a otro rincón bonito, si bien con el incendio se ha perdido parte de la sombra: el Pocico de San Vicente. Seguimos la senda por la izquierda, subiendo por unos bancales perdidos, cruzamos una pasarela sobre una acequia y llegamos a la Balsa de los Moros, almacén de agua para el riego.

Podemos seguir por las pistas que hay más arriba de nosotros, o bien seguir una senda algo perdida por el lateral de la balsa; esta senda cruza un carril (que se dirige al Rincón del Fraile) y sigue por dentro de la vaguada, junto a la caseta de aguas, por terreno donde rebrotan con fuerza las zarzas, hasta llegar a una escalera que nos sube al Embalse de Camarillas, pequeño embalse pero lleno de encanto. Bordeando el mismo llegamos hasta la Fuente de Camarillas y el área de recreo. Desde Torás hasta aquí cuesta sobre 45 minutos de caminar, a lo que hay que sumar las paradas. Esta es la fuente principal de Torás y, sin duda, uno de los rincones más bonitos del término.

   La Fuente del Chorrillo

Restos del molino y tramo de senda escalonado

Embalse de Camarillas

Terreno de clapiza en regeneración

Nos dirigimos a la parte posterior del área, y al salir subimos la pedregosa ladera de la izquierda (clapiza se le llama a este tipo de terreno por el Alto Palancia, y de hecho hay una partida cercana conocida como La Clapiza), siguiendo una diagonal campo a través, hasta alcanzar una zona llana, la cual seguimos manteniendo el rumbo, y pasando junto a varios amontonamientos de piedras (llamados majanos), algunos recubiertos de hormigón, y viendo también un par de bebederos para fauna, de diferente construcción. Seguimos por un carril y cruzamos la carretera que lleva a la Estación, hasta dar con una línea marcada por un surco alzado de tierra y piedras, que seguimos en paralelo, manteniendo el suelo de clapiza. Este tramo pertenece a un paso de ganado o vía pecuaria. Seguimos viendo numerosos majanos.

Cruzamos un carril, siguiendo por la vía pecuaria hasta otra estrecha carretera, la que lleva a El Toro y Barracas. Estamos en la partida de Los Planos que, como su nombre indica, es una zona muy plana. A nuestra izquierda tenemos una granja en activo, y a la derecha, algo más lejos y tras un pinar, los restos de la Masía de los Planos, un conjunto de varias casas algo diseminadas que debió ser abandonado, tal vez, a mediados del siglo XX.

Casi enfrente continuamos por un pinar que se ha salvado en parte del fuego, y luego junto a una valla. Buscamos el borde de otro vallado, y ahora seguimos por un pinar calcinado, tras el cual bajamos una pequeña vaguada con un carril que lleva a más vallados (todos los vallados son para proteger campos de carrascas truferas). Al poco dejamos el carril para subir la ladera hacia unos restos de construcciones. Entre estos restos de casas y corrales podemos ver un buen ejemplar de aljibe o pozo, en triste proceso de deterioro. Estas construcciones, a mi criterio, formaban parte del conjunto de la Masía de la Cerrada, que según pienso debía ser otro grupo diseminado de varias casas, que abarcaría más de 300 metros, y que tras su abandono (tal vez todavía en el siglo XIX y posiblemente por la falta de agua), parte de las casas desaparecerían por la construcción de las dos vías férreas. Carlos Sarthou (ver referencia al final) en su obra de 1913 ya no menciona las casas de la Masía de la Cerrada. En esta aldea o masía nació el ilustre personaje Antonio Ponz, escritor de una formidable obra, “Viage de España, o Cartas en que se da noticia de las cosas más apreciables y dignas de saberse”, extenso libro sobre geografía y cultura de España, realizado sobre un viaje del autor, y redactado de forma epistolar. La obra consta de 17 volúmenes, siendo del año 1765. En esa época Torás era un lugar de la villa de Bejís, que pertenecía todavía a la Orden de Calatrava. Tristemente, Ponz apenas habla en su obra de su Torás natal, diciendo solo lo siguiente:

“Desde Bexis, caminando dos leguas, llegué a la villa de Vivel; a la media legua pasé por Torás. Lugar pequeño, desde donde ya se anda por tierra mas llana, entre muchas viñas”.

Cartel en la Vía Verde
Restos de edificios anexos a la antigua estación

Sobre Antonio Ponz y la Masía de la Cerrada se puede leer un interesante documento de Paco Miras, cuyo enlace se adjunta más adelante, el cual ubica la masía en otro lugar. Torás se constituye como municipio propio en 1843, según podemos leer en otro interesante artículo de Paco Miras, cuyo enlace también se adjunta. También hay citas a este tema en el libro de Pascual Madoz, cuya referencia también se adjunta en los anexos finales.

Continuamos nuestra ruta, cruzando las vías del tren, y llegando poco después a la Vía Verde de Ojos Negros, habilitada sobre la plataforma del antiguo tren minero, y que discurre en paralelo al ferrocarril de Renfe. En este punto hay un cartel indicativo de la Masía de la Cerrada, según la ubicación determinada en el artículo de Paco Miras (en el punto indicado apenas quedan unos restos de muros). Ambos trenes se montaron alrededor de 1900 (el actual de Renfe y antiguo Central de Aragón a finales del siglo XIX, y el tren minero de Ojos Negros a primeros del siglo XX). El tren minero dejó de funcionar como tal en 1972, y la estación de Renfe de Torás-Bejís dejó de estar en uso alrededor de 1990. Actualmente sigue en servicio el tren de Renfe, aunque con escasos servicios para pasajeros, con pocas expectativas sobre su futuro, a pesar de las reiteradas promesas de los diferentes gobernantes. Los que somos usuarios del tren lo sabemos bien: escasos servicios, cambios de horarios, averías, etc. Añadimos otro artículo en los anexos, también de Paco Miras, en este caso sobre la llegada del ferrocarril a la zona.

Siguiendo por la Vía Verde hacia nuestra derecha llegamos en poco a la antigua estación y edificios anexos, hoy en día todo en lamentable estado de ruina. En el último tramo hemos pasado por la partida de la Hoya. Desde la fuente de Camarillas hasta aquí viene a costar cerca de una hora de caminar, a lo que hay que sumar las paradas.

Cruzamos de nuevo las vías, para seguir por la carretera asfaltada que llega a la Estación, hasta un desvío a la izquierda por una pista de tierra y pronto cruzamos otra pista de tierra, siguiendo nuestro rumbo, mientras vamos por la partida del Llano. En otro cruce tomamos una pista a la derecha, que dejamos enseguida para subir el cerro que tenemos a la izquierda, campo a través, por una pronunciada pendiente; mejor trazando el paso un poco en diagonal a la derecha, a buscar un espolón rocoso. Podremos observar la cantidad de pimpollos (pinos pequeños) que están rebrotando, solo un año después del incendio. La zona que hemos dejado atrás es parte de la partida de Aguamala, nombre que también tiene el barranco que se ha ido formando atrás. El cerro al que subimos es conocido como Cerro del Romeral, o también como Cerro de Aguamala.


 

Conjunto de trincheras-parapetos, y excelentes vistas, desde el Cerro del Romeral o Aguamala

Pasado el tramo de más pendiente, caminamos por una zona más suave, si bien no hay senda alguna y el terreno es muy pedregoso. Iremos observando, aparte de las excelentes vistas hacia levante y el sur (y a pesar el paisaje todavía negro por el incendio), numerosos vestigios de la Guerra Civil, como casetas de guarnición, parapetos-trincheras y unos pocos refugios. Estamos situados en un punto del bando franquista, que por sus vistas debió constituir un importante elemento de defensa, dentro del conocido como Frente de Levante, que tras unos días de fuertes combates en julio de 1938 quedó luego estacionario durante unos 8 meses, debido, por un lado, a la fuerte defensa establecida por el bando republicano en la conocida Línea XYZ; y por otro lado, debido al traslado del confrontamiento más intenso a la batalla del Ebro.

Desde la Estación hasta la parte alta de este cerro nos habrá costado unos 50 minutos de caminar.

La bajada la haremos por un tramo corto pero muy abrupto. Llegados al lado contrario del cerro, iremos buscando una bajada entre el terreno lleno de piedra suelta, con mucho cuidado,  hasta llegar a una pista, en un pequeño collado. Seguimos la pista por nuestra derecha, y tras unas revueltas, la dejamos para ir entre unos pinos quemados y un campo de almendros, para luego seguir por una zona con almendros abandonados hace ya tiempo. Estamos en una zona con abundantes afloramientos de yesos, entre las partidas de la Portera y el Plano.

Torás es una zona sumamente interesante en temas de geología, como se puede consultar en otro artículo puesto en la parte de enlaces. Destacaremos dos aspectos: uno es la abundancia de ofitas (materiales de origen volcánico), algo muy poco frecuente por nuestra zona, del cual un poco más adelante podremos ver un buen ejemplo; y otro, la abundancia de suelos con yesos y arcillas, pertenecientes a afloramientos del periodo del Triásico superior (o Keuper), sucedido entre hace unos 250 y 200 millones de años.

  Terreno de yesos
Zona de los Arenales

En la zona de arcillas y yesos donde nos encontramos, suelos pobres para la vegetación y con facilidad para la erosión, mayormente tras un incendio, podemos observar una galería a modo de cata del terreno, y numerosos cristalitos rojizos de yeso, además de algunos cristales de cuarzo (blancos y rojos, éstos últimos conocidos como Jacintos de Compostela). Dichos cristales de cuarzo, de tamaño en general pequeño, tienen una forma hexagonal acabados en dos puntas, aunque raramente se encuentran completos. Si los intentamos rayar con una navaja, veremos que no es posible, pues el cuarzo es un compuesto muy duro. Es muy raro encontrar este tipo de cristales por nuestras zonas del levante ibérico.

Para seguir la ruta, buscamos un carril que nos llevará a la pista principal. En el siguiente cruce tomamos la pista a la derecha, que al poco dejamos para ir por un carril a la izquierda. Pronto lo dejamos también, para ir a través de campos abandonados rodeando un estrecho barranco, manteniendo en general el nivel. Cuando lleguemos a una pista con suelo arenoso tomamos a la derecha, y enseguida llegamos a los Arenales, antigua mina-cantera de la que se extraía arena. Estamos en la base del monte conocido como la Rocha Piquer. Estos materiales arenosos son restos de las ofitas antes mencionadas, que aquí se presentan en rocas poco compactas, y en las que abundan diversos microcristales. Es un tipo de roca ígnea, de carácter intrusivo, que se formó a partir de líneas de magma que subieron por chimeneas, pero que no llegaron a aflorar como un volcán, solidificándose en el interior de la tierra. Pasado mucho tiempo, con la erosión y los cambios geológicos, algunas de estas líneas llegan a asomar puntualmente a la superficie.

Llegados a este punto damos dos opciones para volver a Torás. La primera, más sencilla, es salir de los Arenales por la pista de acceso a la mina-cantera, pasando por la Masía Hondonero, hasta la carretera, y por ésta llegar al ya cercano pueblo.
La otra opción, que sigue el track, es algo más confusa y tiene un paso con un pequeño destrepe, sin llegar a ser difícil. Para ello saldremos por la parte alta de los Arenales, siguiendo un carril que luego se pierde, bordeamos unos árboles buscando una canal que baja a un estrecho barranco, donde debemos realizar un pequeño destrepe bajando un resalte en el que nos apoyaremos en unas raíces. No es difícil pero la zona tiene mucha maleza y la continuidad es algo confusa. Una vez cruzado el barranco Hondonero, pasaremos junto a unos campos y buscaremos un carril, el camino del Barranco, que nos llevará a Torás, acabando la ruta de nuevo en la plaza de la Iglesia.

Desde el Cerro del Romeral hasta Torás nos puede costar 1 hora y cuarto de caminar, más las paradas.

Pinar quemado junto a casetas de guarnición
Carrasca e higuera rebrotando tras el incendio

ANEXOS Y ENLACES:

La ruta descrita más arriba puede encontrarse en el siguiente enlace: 

"SITIO CONVENIENTE PARA DESCARGAR EL TRACK"

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-por-toras-tierras-de-ponz-y-otros-elementos-142343372

 

 

En la siguiente web y en el apartado de “El periódico de Torás”, se pueden encontrar los tres artículos mencionados, escritos por Paco Miras.

https://www.detoras.es/el-periodico-detoras-es/

En el nº 11 localizaremos el artículo del nacimiento de Antonio Ponz en la Masía de la Cerrada.
En el nº 19 localizaremos el artículo sobre la llegada del ferrocarril.
En el nº 20 localizaremos el artículo sobre el nacimiento de Torás como municipio.

En el siguiente enlace localizaremos el artículo que habla de los minerales de Torás:

https://www.detoras.es/minerales/

Añadimos a continuación las referencias, bien en fotos o bien en texto, no solo de Antonio Ponz, sino de otros tres autores relevantes que comentan cosas de Torás.


De Antonio Ponz ya hemos comentado su principal obra, donde apenas menciona a Torás. Su “Viage de España, o Cartas en que se da noticia de las cosas más apreciables y dignas de saberse”, publicado en 1765, es un extenso libro que trata de la geografía y cultura de España, realizado tras recorrer el país, estando redactado de forma epistolar. Son un total de 17 volúmenes. En el tomo IV el autor viene de Bejís hasta Viver, haciendo una breve referencia de Torás, y luego continua su camino hacia Jérica y Segorbe. Desde luego es innegable el gran escritor, historiador, viajero, e incluso pintor, que fue este ilustrado personaje.

Uno de los puntos donde se puede consultar y descargar la obra es el siguiente enlace de la Biblioteca Valenciana:

http://bivaldi.gva.es/consulta/resultados_navegacion.cmd?busq_autoridadesbib=BVDA20090003705

Este autor publicó otra enorme obra, llamada “Viage fuera de España”, publicada en 1785, donde habla de los Países Bajos y de media Europa.

En la siguiente imagen vemos la referencia a Toras.

Un autor casi contemporáneo de Ponz, y más conocido, es otro ilustrado, Antonio Josef Cavanilles, quien en 1797 publicó su gran obra: “Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia”. En el tomo II, en las páginas 92 a 94 habla sobre Torás y Bejís. Transcribimos algunos párrafos donde habla de Torás:


129. Caminando desde Vibér hácia poniente como tres horas se llega á Bexís, villa puesta á la derecha del Palancia, y casi en el centro de un término que es comun á Toras, Teresa y Canales, que fuéron sus aldeas. Este término se extiende quatro horas y media de oriente á poniente, y algo ménos de norte á sur; crúzalo el Palancia de norueste a sueste, dexando por la derecha montes escarpados, y por la izquierda otros de menor altura, por entre los quales corre describiendo curvas y revueltas. Unos y otros montes son en gran parte incapaces de cultivo por su aspereza y poca tierra; y á esta causa queda erial y para pastos la mitad del término. Todo, por lo comun, está sin árboles fructíferos, excepto las huertas, donde hay un sin número de cerezos, moreras y varios frutales. Hállanse las huertas en las riberas del rio en sitios hondos y abrigados por las colinas ó montes circunvecinos, y en ellas multiplican aquellos labradores sus producciones, que son maiz, seda, cáñamo, trigo, frutas y hortalizas. En el secano tienen algunas viñas, higueras, olivos, y muchísimos sembrados, siendo esta la principal cosecha del término.
A una hora hácia el nordeste de Bexís está Toras, pueblo de 120 vecinos, con muy pocas comodidades, como lo anuncia la pobreza de sus habitaciones, edificadas parte en una altura, y parte en sitio hondo, por lo qual se distinguen aquellos caseríos con los nombres de Toras alta y baxa. Median entre ellos varios cerros de yeso coronados de peñas; de las quales las de la superficie, alteradas ya por las lluvias, sol y yelo, son verdosas; las interiores casi negras: la dureza de todas ellas, y el aspecto que presentan sus fracciones, es como en la piedra berroqueña o granito de Madrid. Compónense de cristalitos de feldespato blanco y mica, unas veces negra y otras verdosa, engastados en una pasta córnea casi verde, ó bien arcilla endurecida. Muchos naturalistas colocan esta piedra entre los granitos, y otros entre los pórfidos, según las diferentes definiciones con que han creido explicar la naturaleza. ¿Pero cómo pudo formarse y exîstir dicha piedra sobre yeso, como actualmente se encuentra en aquellos cerros? Los que se presentan hasta Teresa por espacio de media legua hácia el mediodia son de mármol negro, cuyos bancos están algo inclinados al horizonte, y las mas veces sin tierra.

Bexís, aunque capital de aquellos pueblos, apénas tiene 180 vecinos unidos, si bien cuenta 600, inclusos los de Toras, Teresa, los 55 de Canales, y las casas de campo. Las calles de Bexís están en cuesta, y sus malos edificios descansan sobre un alto cerro de amoladeras: vista de léjos la poblacion se parece á un navío con la proa al oriente, en cuya popa se levanta el castillo sobre algunos escalones: síguense despues elevados montes que cortan la vista, y continúan hasta el reyno de Aragon. Los frutos del término general, con los pocos que cogen en el suyo los 40 vecinos de Sacanét, son 3200 cahices de trigo, 1200 de cebada y avena, 10 de maiz, 50 entre garbanzos y judías, 300 arrobas de higos, algo mas de miel, 2300 de cerezas (solamente en Teresa), 100 de aceyte, 700 de hortalizas, mas de 20 cántaros de vino, 50 libras de seda, 150 arrobas de cáñamo, y 60 de cera.


A mediados del siglo XIX, Pascual Madoz, que llegó a ser un importante político de su época, publicó otra vasta obra, su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar”. En esta obra se aportan numerosos datos de cada población y de los partidos judiciales en los que estaba estructurada España en ese momento, siempre tratados por orden alfabético. Al principio del tomo XV habla de Torás, cuyo texto adjuntamos en una imagen. En el último tomo, el XVI, habla del partido judicial de Viver y de los pueblos en conjunto que abarca.

El conjunto de tomos pueden consultarse y descargarse en el portal de la Biblioteca Virtual de Andalucía:

www.bibliotecavirtualdeandalucia.es



 
Por último mencionaremos a Carlos Sarthou Carreres, historiador nacido en la población de Villareal. Entre sus obras destaca la “Geografía General del Reino de Valencia”, del año 1913. En el tomo dedicado a la provincia de Castellón habla de Torás, cuyo texto reproducimos en la siguiente imagen.