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miércoles, 26 de junio de 2019

RUTA DE SENDERISMO POR LAS SIERRAS DE CERDAÑA Y DE ESPINA: “MAIRANA”

RUTA DE SENDERISMO POR LAS SIERRAS DE CERDAÑA Y DE ESPINA: “MAIRANA”


DATOS:

Duración aproximada: entre 2 y 3 horas, a lo que hay que sumar las aconsejables paradas.
Distancia: 10 kilómetros.
Dificultad: fácil, casi toda por cómodas pistas, solo en los accesos a los poblados es algo peor.
Tipo: circular.

Ruta descrita en el texto

REFERENCIAS GENERALES:

Inicio y final: Pueblo de Pina, área recreativa y polideportivo, junto a la Fuente Vieja.

Esta ruta recorre toda la zona conocida en general como Mairana, si bien debido a su intensivo uso, está plagada de partidas y topónimos, estando también salpicada de grandes corrales, casi todos ellos abandonados y en ruinas. Visitaremos cuatro conocidos yacimientos, tres de época íbera, y otro que fue una villa romana; de estos puntos, dos de ellos, la Torre del Prospinal y el Poblado del Castellar, son muy interesantes incluso para personas poco conocedoras del tema. Toda esta zona, muy llana, estuvo antaño cultivada de cereales (sobre todo trigo y cebada) y forrajeras (principalmente alfalfa y pipirigallo), pero actualmente el cultivo que más se extiende es el de las carrascas truferas, si bien todavía podremos ver algunos campos de cereal y forrajeras. Si vamos tras época de lluvias podremos ver muchos campos embalsados; el terreno es muy llano y el agua no discurre bien (o “escorre” como diríamos por aquí), por lo que tiende a acumularse, drenando poco a poco, alimentando los acuíferos que manan valle abajo.

 Llanos de Mairana, con Santa Bárbara al fondo, y campos de pipirigallo y cereal en primer plano
Flor del pipirigallo, una forrajera cada vez menos usada,
pero muy valorada antiguamente por su buena adaptación a este clima

DESCRIPCIÓN: 

Situados en el área de recreo dispuesta junto al polideportivo y la Fuente Vieja, donde hay mucho espacio para aparcar, tomaremos la carretera que se aleja del pueblo y que, tras cruzar el Puente de Jérica o del Regajo, inicia una suave subida, conocida como la Rocha Pastora, que nos deja en un amplio collado, referencia importante, conocido como el Collado Mairana. Hay un “peiro” (dedicado a la Virgen de la Divina Pastora) en la encrucijada de varios caminos, y cerca unos corrales en desuso. Podríamos tomar cualquiera de esos caminos, pues todos llevan hacia la zona a la que nos dirigimos, pero seguimos por la estrecha y poco transitada carretera que se dirige a las Masías de Ragudo (y a Viver y Jérica), la cual comienza a bajar un poco.

 “Peiro” de la Divina Pastora
Descartamos un primer camino a nuestra derecha (por el que luego volveremos), para tomar un segundo camino de tierra a nuestra derecha, justo cuando la carretera gira hacia la izquierda. Pasamos junto a los corrales del Prospinal, en estado semirruinoso. Seguimos caminando plácidamente hacia el Sur, pasando ahora junto a los corrales de las Lomicas, para llegar a otro grupo de corrales, también en ruinas, en la partida de la Orillada. Nuestro camino (el principal) gira a la derecha, encaminándose hacia el Oeste.

En un punto y junto a un campo de carrascas truferas (de los muchos que veremos), hay restos de una pequeña caseta reciente (pero abandonada). Justo allí están los escasos restos, que ya fueron estudiados por expertos, de una villa romana; nosotros tan solo podremos ver las alineaciones de piedras en el suelo. Se piensa que por aquí, o cerca de este punto, discurría la calzada romana que iba de Sagunto a Zaragoza. Volvemos unos pasos y tomamos la traza de un carril. Toda esta parte es confusa y poco evidente, por lo que es mejor realizarla con apoyo del GPS y del track que adjuntamos. Entre carrascas y coscojas, pero con paso factible, llegaremos a los corrales del Castellar, también en ruinas, discurriendo después junto a la valla sobre el talud de la autovía A-23. Siguiendo de nuevo entre carrascas y sembrados llegaremos al Poblado del Castellar, datado sobre el siglo III a.c. Aunque los restos son poco identificables, algunos de sus recios muros son impresionantes, aunque lo mejor son las vistas sobre el valle de Valdehurón. Este punto se considera que debía ser un punto de control sobre el camino que discurría por ese valle, antes de subir al altiplano por el que estamos paseando hoy. En los montes de enfrente (Cerro de la Corraliza), en uno de sus flancos, hay restos de otro poblado (nombrado de Umbría Mala). En el poblado donde estamos se puede observar la base de lo que fue la torre que dominaba el sitio.

 Imagen del Poblado del Castellar, obtenida de Google Maps
Volvemos sobre nuestros pasos hasta la villa romana y seguimos el camino hacia el Oeste, que nos deja en otro camino asfaltado, que tomamos a la derecha, acercándonos a la balsa y fuente de Mairana. Este punto de agua es muy valorado por ser el único en la zona, y seguro que antaño también debió ser muy importante, por lo que es fácil pensar que el camino principal discurría por aquí cerca; subiría desde los llanos de Ragudo por Valdehurón, llegando a la fuente de Mairana, desde donde se dirigiría a la ermita de Vallada y al poblamiento de la actual Barracas.

 Balsa de Mairana, alimentada por la cercana fuente
De la fuente seguimos el camino hacia el Norte, y al poco tomamos un camino de tierra a nuestra derecha. Unos 400 metros más adelante nos llega un estrecho camino por nuestra derecha, que seguimos hacia el Sur, y que enseguida dejamos, para ir campo a través al Corral del Castillejo, edificado sobre lo que fue otro poblado íbero; entre sus paredes podemos apreciar restos de grandes muros y lo que debió ser la base de otra torre. Volviendo al camino, nosotros seguiremos hacia el Este, y pronto veremos los restos de otra torre, ésta mucho más espectacular, y nombrada como la Torre del Prospinal (o también de la Hoya Huguet). Aquí sí se aprecian bien la torre y los perímetros de la muralla.

 Torre del Prospinal
Podemos seguir recto y enlazar con el camino por el que vinimos, pero recomendamos retroceder hasta el camino anterior, y seguir hacia el Norte, entre las partidas del Prospinal y de la Junquera, hasta llegar de nuevo a la carretera y por ahí al Collado Mairana. A unos 200 metros al Oeste, y junto a una pequeña caseta entre bancales, hay un pozo artificial, pero con obra muy bien trabajada; podemos acercarnos a verlo si nos apetece.

 Abrevadero de la Fuente de los Arrieros
De nuevo en el Collado Mairana, para volver a Pina tomamos una traza de carril a nuestra izquierda, que nos lleva a la Fuente de los Arrieros (pequeño pozo y abrevadero), la cual suele estar seca desde hace años. Por lo que fueron pasos de ganado seguimos hacia Pina, atravesando la vaguada del Barranco de la Cañada, y enlazando con un camino asfaltado, que tomado a la derecha nos lleva a la Fuente Vieja, junto a nuestro punto de partida. No obstante, nos queda todavía por hacer el “obligatorio” paseo por el tranquilo pueblo de Pina.


Fecha de edición de la ruta: Junio de 2019.
Autores: Paco Mas, José Luis Asensi y José Ángel Cobo (Club Excursionista del Alto Palancia, CEAP).


Enlace para descargar el track:
https://drive.google.com/file/d/1KiK6G_O8AR6WGRGUIy2EiJG4EGEIRRTA/view?usp=sharing











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