SENDERO: PRV-63.2
TRAMO: TERESA - VIVER.
TÍTULO: DE TERESA A VIVER POR EL VIEJO CAMINO DEL RÍO PALANCIA.
Edición
corregida en junio de 2018.
Autor:
Paco Mas.
FICHA
TÉCNICA:
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Distancia aproximada: 10 kilómetros.
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Tiempos aproximados de andar (sin paradas): 2 horas y 45 minutos.
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Desnivel: al seguir en gran parte el curso del agua, el desnivel a
salvar, a pesar de algunos pequeños repechos, nunca es acusado.
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Tipo de camino: pistas y sendas.
REFERENCIAS GENERALES:
La
ruta recorre uno de los antiguos caminos que se utilizaba para ir de
Teresa a Viver (y viceversa) andando. Era el camino más corto, y
aprovechaba la línea del río Palancia en gran parte, si bien solo
era apto para ir a pie o con caballerías. Fue muy utilizado hasta
después de la guerra civil, tras lo cual cayó en el desuso y
abandono derivado del incremento del transporte motorizado por
carretera. Hoy casi nadie lo utiliza con tal fin, y lo que queda se
ha mantenido gracias al paso del ganado, de los cazadores, de los
moteros y de los excursionistas que recorren estos parajes.
Algunos
tramos de la senda original están bastante deteriorados (sea por el
abandono, por desmoronamientos, por el trazado de pistas, o por
la superposición de las obras del canal de agua sobre la antigua
senda), por lo que se han abierto o señalizado tramos alternativos,
aspecto a tener en cuenta pues se requiere cierto hábito de andar
por la montaña. A pesar del deterioro y los cambios, sigue siendo
una ruta recomendable e interesante, que nos hará rememorar el
camino tantas veces recorrido por las gentes de antes.
Punto de vadeo en el río, en 2017 |
También
es necesario considerar que tras épocas de lluvias algunos tramos
del río pueden llevar bastante caudal, que aparte de hacerlo más
atractivo, puede dificultar algunos pasos y obligar incluso a
mojarnos los pies.
Con
todo, el recorrido nos permite disfrutar de bellos lugares y del
sosiego del discurrir del río por parajes abandonados y solitarios.
Otros tramos caminaremos por tramos asfaltados, pero siempre junto a
las verdes huertas de ambos pueblos, también en parte yermas.
Por
diversos motivos, la señalización con marcas de pintura que se
venía haciendo de forma voluntaria desde hace años, se ha realizado
por última vez en 2017, y no hay intención de seguir con ello. Si
se seguirá repasando el estado de tránsito de la senda, y colocando
diversos hitos de piedra. De todos modos, actualmente todo el
trayecto se encuentra en buen estado de señalización, quedando
todavía algunos postes indicadores de madera (a pesar de los
frecuentes e incomprensibles actos de vandalismo).
Nota:
el “margen” de un río o barranco se define siempre en el sentido
de la corriente.
DESCRIPCIÓN
DE LA RUTA:
Desde
la población de Teresa tomamos el camino asfaltado que se dirige a
Benabal y al depósito de enseres, el cual se inicia en una calle a
la derecha (señal indicadora), casi al final del pueblo en dirección
a Viver. Seguimos durante 10 a 15 minutos la pista asfaltada hasta
llegar al colladito de la Cantera, junto a un vertedero clausurado y
un depósito de recogida de enseres. Esta zona perteneciente a una
esquina del término de Jérica, pese al esfuerzo de restauración
del antiguo vertedero, está bastante degradada. Desde el collado se
ven al fondo los escarpados Cinglos de Benabal, en una profunda hoz
del río.
Escaramajos, abundantes por toda esta zona |
El
sendero original bajaba con buen trazado justo desde el collado, pero
la presencia del vertedero nos obliga a un cambio del trazado (se
modificó en 2008 y en 2014, para
evitar los problemas del vertedero y también de un sobrante de
aguas). Por ello, giramos a la izquierda, siguiendo una pista
ascendente durante unos 300 metros, y tras cruzar una acequia,
buscamos las señales a la derecha, que nos bajarán a la senda
antigua a través de unas revueltas un poco abruptas y un firme que
no responde, evidentemente, a un trazado de senda antigua.
En
sentido opuesto todo este tramo es bastante lógico de seguir.
La
senda continúa con un trazado evidente y cómodo, pasando por debajo
de la Peña de los Pajaritos, y descendiendo poco a poco hasta el
cauce del río. Una pequeña pasarela nos ayuda a cruzar el canal de
agua, que fue construido sobre el antiguo sendero, por lo que éste
ya no existe en esta parte. Si el canal se mantuviese en buen estado
de conservación, se podría caminar junto al mismo, como era en
origen, pero el canal está en severo estado de abandono, y es
complicado discurrir junto al mismo, aunque a veces se puede caminar
por su borde.
En
sentido opuesto y si vamos por el cauce del río, hay que estar muy
atentos a las marcas para subir al canal y cruzarlo por la pasarela;
el resto del tramo es evidente.
Continuamos
por el cauce del río, que suele estar seco habitualmente en esta
parte. Unos 300 metros después dejamos a la izquierda el barranco
del Regajo que viene de Torás (el canal hace un sifón), y unos 100
metros más adelante pasamos al margen derecho del cauce (se han
puesto señales de madera, pero suelen ser arrancadas por algún
vándalo; en el mapa indicado como vadeo V2), siguiendo por una
senda, que nos hará cruzar de nuevo el cauce (punto indicado como
vadeo V1), que recorre el paraje conocido como Revuelta de la Sartén,
y que es una acentuada hoz del río. Cuando la senda se acerca de
nuevo al cauce, podremos ver en el mismo el Azud de las Quinchas,
ahora en desuso, y que es donde antiguamente tomaba el agua la
acequia con ese nombre. En poco llegamos a una frondosa zona pasando
junto a unos sifones del canal y por unas losas, hasta que la senda
abandona el cauce subiendo por una erosionada zona. Toda esta zona
requiere estar atentos al paso abierto, y señalizado con marcas e
hitos.
En
2017 y tras una buena temporada de lluvia y nieve, el río llevó
durante todo el año agua en tramos que habitualmente suelen estar
secos. La belleza y bonanza de ver el río con agua compensa (e
incluso hace más interesante) las complicaciones que ello genera en
el recorrido de esta ruta, y nos obliga a realizar algunos vadeos
más, que intentamos explicar a continuación. Si el cauce lleva agua
(hablamos de curso de agua, pero no de crecidas en caso de lluvia,
circunstancia en que NO se debe realizar el trayecto), al bajar de la
pasarela que cruza el canal, buscamos enseguida un posible vadeo
(indicado en mapa como V4), por encima de unas piedras, o por el
mismo agua. Avanzamos por un sendero hasta que no se puede seguir, y
volvemos a cruzar el río (vadeo V3), casi enfrente de los sifones
del Barranco del Regajo. Seguimos ahora por el margen izquierdo hasta
el nuevo vadeo (V2), un tramo de senda por el margen derecho y nuevo
vadeo (V1) por unas piedras grandes, y ya avanzamos sin problemas por
la Revuelta de la Sartén. Todos estos puntos de vadeo han sido
señalizados con grandes hitos de piedras; esperemos que la gente los
respete.
Azud de las Quinchas, en 2017. Hacía años que no se veía así |
En
sentido contrario cuando bajamos por la rampa de tierra y piedras,
caminamos por el paso abierto (hitos) buscando el sifón del canal.
Seguimos por la senda cómoda que nos lleva al Azud de las Quinchas,
y poco antes del mismo nos vamos por la senda de la derecha que sube
un poco, que tras recorrer la Revuelta, nos baja de nuevo al cauce,
que vadeamos (V1), siguiendo ahora cómodamente por el margen derecho
hasta un nuevo vadeo (V2). Continuamos ahora por el margen izquierdo,
pasando junto a los sifones del Barranco del Regajo. Si sigue
habiendo agua, vadearemos de nuevo por otro punto (V3), caminando un
tramo por un sendero, y ¡al tanto!, al poco hay que vadear de nuevo
(V4) parar buscar la pasarela que cruza el canal y nos sube hacia el
collado de la Cantera.
Tramo del Río Palancia |
Tras alejarnos un poco del cauce, seguimos sin problemas por un cómodo sendero que discurre por unos bancales abandonados. Esta parte del trazado sustituye al antiguo sendero, que iba poco más abajo por una zona hoy desmoronada. Continuamos entre abundantes aliagas y pinos, por buen paso. Dejamos un poste señalizador de la Cueva Negra (pequeño abrigo situado en la orilla opuesta), y volvemos cerca del cauce, donde si nos fijamos podremos ver los restos del Azud de Pocopán. Al poco llegamos al salto de las Peñas Rubias (poste señalizador), destacado lugar por la belleza de las rojizas rocas que lo conforman, llenas de oquedades y formas curiosas. Cuando llueve copiosamente, llega a saltar por la cascada un importante caudal; ni que decir que no debemos estar entonces por ahí. La zona de la cascada está equipada para descenderla en cuatro rápeles de cuerda. También es posible que podamos ver alguna rapaz que utiliza la zona como oteadero. Cruzamos la zona entre grandes bloques de piedra (atentos a la señalización) y algunos restos de basuras del antiguo vertedero que estuvo situado en la parte alta.
En sentido contrario no hay ningún problema, seguir el único y lógico sendero.
Las Peñas Rubias |
Pasado
el salto, seguimos paralelos al río pero algo alejados,
dejando atrás las paredes de las Peñas Rubias. El sendero
sigue junto a bancales, muchos de ellos
abandonados y atravesando algunos accesos de pistas. Cruzamos el
pequeño Barranco de los Vallejos (poste señalizador), donde cerca
todavía podemos ver el acueducto de la acequia del riego de Pocopán,
hoy totalmente abandonado. Al poco comenzamos a ascender suavemente
por el sendero bien definido, llegando a una propiedad que rodeamos
por la derecha.
En
sentido opuesto tomar la senda bordeando la propiedad, y seguirla de
modo lógico, siempre bastante directa, descartando diversos desvíos.
Continuamos
ya por una pista apta para coches, y poco después atravesamos un
camino asfaltado (que baja a la Masada del Río y al camping), hasta
llegar a otra pista asfaltada, que tomamos a la izquierda, ya cerca
de un pequeño collado, el de la Torre.
Atentos
a este desvío a la derecha si se realiza la ruta en sentido opuesto,
desvío que deja la pista asfaltada, al pasar el collado tras las
“rocha” (o subida) de la Torre.
Seguiremos
siempre este camino asfaltado hasta Viver, bajando primero la
empinada Rocha de la Torre, y viendo a nuestra derecha los restos de
la misma, de posible origen árabe. Siguiendo entre verdes campos de
frutales y huertas, algunos de ellos hoy también abandonados,
llegaremos a Viver por la Rocha Palmera, que nos desemboca en el
parque del Chorrillo.
Si
se realiza la ruta en sentido opuesto, iniciarla en la bajada que hay
entre el parque del Chorrillo y un pequeño parque infantil, y seguir
siempre el camino principal.
PERFIL DE LA RUTA:
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