Reseña de junio de 2024.
Localidad: Viver.
Situación:
En continuidad con la línea defensiva XYZ, tantas veces nombrada, dentro del término de Viver, y tras la anterior reseña de La Chana, hemos de referirnos ahora a la zona del Puntalico y los Infantes que son las posiciones inmediatas, en la dirección este-oeste de aquélla.
Estas dos partidas yuxtapuestas forman, físicamente, otra elevación entre los altos de la Chana (junto con La Clapiza y el Cuarto Royo) y de Morredondo, al que nos referiremos en la siguiente reseña. Su cima, que está sobre los 730 metros de altitud en su parte más alta, es relativamente extensa y llana, con poca vegetación y suelo de la tan característica “clapiza”. Las vertientes, con suelos más mezclados aunque predominan los arenosos y arcillosos, recaen en su conjunto: por el este a la carretera de Teresa CV-2352; por el norte hacia la de Torás CV-236, tendiendo por medio en su parte baja hasta la propia carretera, terreno cultivado que se integra en una hoya que se conoce como la Hoya Almer; por el oeste cae al Camino que desciende al Barranco del Reguero y el Corral del Chullo, así como también el resto de cultivos en la Hoya Almer, a los pies del siguiente cerro, el citado de Morredondo; y por el sur, vierte a otra Hoya conocida como la de los Infantes o Malvive, así como hacia el barranco de la Zorrera.
Complementa la descripción que los sectores norte y este constituyen el denominado Puntalico, el cual contiene dos significativos salientes en sus extremos. El más oriental domina perfectamente el curso de las dos carreteras citadas en sus tramos iniciales tras el cruce que las divide, y el situado en el lado opuesto más occidental lo hace respecto a la de Torás en toda una amplia recta. Las partes llanas de la cima, hacia el sur y oeste, y sus respectivas faldas, son lo que conocemos como Los Infantes, con su Alto de los Infantes, obviamente en la parta más alta del elevado llano.
Dadas las características que hemos descrito de este enclave, podemos concluir que el tramo del Puntalico constituyó primera línea del Frente, donde a lo largo de sus faldas se ubicaban varias trincheras en al menos dos niveles, con varios puestos de tiro y refugios a lo largo de las mismas.
En la porción de Los Infantes caben distinguir dos secciones: una en el llano, de suelo pedregoso tipo “clapiza”, donde apenas presenta elementos bélicos, y otra en las laderas sur y oeste, que albergaban otras posiciones defensivas y de retaguardia, con algunos pocos refugios más y puestos de tiro, conectados por una larga línea de trincheras.
A destacar también que en esa parte sur se encuentran las Cuevas de los Infantes, que a buen seguro fueron usadas como refugios de guerra, a la vez que hasta la actualidad, algunas de ellas, lo han sido durante muchos años como corral temporal de ganado por una explotación familiar de Viver.
Como vemos, este espacio de Puntalico-Infantes fue otro importante conjunto bélico de la línea defensiva en Viver, que en el aspecto militar probablemente se corresponde con la fortificación “Q-2” que Ramón Juan en su libro “Resistir es vencer” sitúa al oeste de la “Zona de las T” dentro del “área nº 1 de influencia geográfica de las fortificaciones” del bando constitucional.
Además, reiterando lo que dijimos en la anterior reseña de La Chana, nos podemos aventurar a señalar que el Conjunto integrado por aquél y este de El Puntalico-Infantes, e incluso Morredondo, que trataremos a continuación, eran las avanzadas del puesto de supervisión más fortificado que hemos descrito en el epígrafe Refugio del Sabinar.
Otra curiosidad a resaltar es que hace bastantes años, posteriormente a la Guerra Civil, en esta zona se hicieron varias prospecciones con objeto de establecer minas de arcillas, llegando a excavar en tres sitios distintos. Aunque luego fue desestimada su explotación, todavía hoy se aprecian ostensiblemente los restos de las actuaciones, permaneciendo los respectivos agujeros y montones de tierra y piedras a la vista, que alteran un tanto el orden del paisaje natural.
Finalizamos esta descripción y situación general diciendo que una buena parte de los elementos que aquí tratamos han perdido continuidad y visibilidad, algunos apenas son vestigios, por su mal estado debido a numerosas circunstancias, como son la clase de suelo arcilloso y margoso que propicia la erosión, las mencionadas actuaciones de las minas que cortan las líneas de trincheras, la transformación en suelo agrícola, la plantaciones de pinos hace más de 50 años, y las más recientes como el incendio forestal del 2022 y sus posteriores actuaciones de talas y arrastre de troncos quemados.
Descripción de los refugios:
A lo largo de las trincheras hemos localizado un total de 54 bocas de refugios, casi todos ellos colmatados. Tan solo en 6 de ellos se puede entrar. Uno de ellos era además un nido de ametralladoras, pues presenta unos restos de muros laterales. También hay varios restos de casetas y por supuesto muchos pequeños puestos de tiro.
De los 6 refugios accesibles, los numerados como 13 y 29 son de pequeño tamaño, teniendo una galería de unos 3 metros de larga, con un ancho inicial de 1 metro, al fondo alcanza algo más de 2 metros, y la altura es de 1 metro. El numerado como 50, situado en un foso de una trinchera, mide también unos 3 metros de profundo, con 1 x 1 metros de sección, pero todo indica que tenía otra salida más abajo.
Coordenadas R13: 30 S 701803 4422036 700 msnm N39.92440 W0.63857
Coordenadas R29: 30 S 701227 4422230 712 msnm N39.92628 W0.64525
Coordenadas R50: 30 S 701032 4421572 731 msnm N39.92041 W0.64773
El refugio nº 14 era uno con dos entradas, pero la otra (nº 15) está cegada. La boca de 0,70 x 0,60 metros da acceso a una galería en descenso, que al poco gira a la derecha, habiendo una sala algo más amplia dentro, donde se aprecia el indicio de la otra boca cegada. Es usado como madriguera. Las galerías miden un total de 11 metros, siendo la anchura de 0,60 a 3 metros, y la altura de 0,60 a 1,50 metros.
Coordenadas R14: 30 S 701176 4421958 740 msnm N39.92384 W0.64593
El refugio nº 26 tiene una única boca, de 1 x 0,50 metros, que da acceso a una galería que gira y luego avanza en diagonal. Mide un total de 9 metros, con una anchura de 1 metro y una altura de 0,50 a 0,70 metros.
Coordenadas R26: 30 S 701256 4422220 713 msnm N39.92618 W0.64491
El refugio nº 41 era un nido de ametralladoras, con un refugio interior, que parece ir a buscar alguno de los superiores, pero que parece no se llegó a conectar. El recinto inicial, de 2 x 2 metros y abierto, tiene restos de muros laterales. Al fondo y hacia un lado se abre el refugio que hace un codo hacia la izquierda. Mide un total de 7 metros, con un ancho de 1 metro y una altura inicial de 0,40 metros, pero luego baja aun más. Esa parte final no es accesible, y por tanto no se sabe si podía conectar, en su día, con otro de los superiores situados en la trinchera, como por ejemplo el nº 30, que está colmatado.
Coordenadas R41: 30 S 701233 4422244 705 msnm N39.92640 W0.64517
Las Cuevas de los Infantes ya fueron documentadas en la ficha nº 512 del dosier de Cavidades, del Catálogo de Patrimonio de Viver, editado en el año 2017. Como hemos dicho, es seguro que fueron utilizadas como refugios, ya que protegen bien de modo natural, y están situadas en la contravertiente del Frente.
El conjunto de estas cuevas consta principalmente de dos zonas:
Una que fue utilizada como corral, y está cerrada por un vallado. Es un gran abrigo natural cubierto por las losas superiores, teniendo a su vez en su fondo varios covachos, los cuales posiblemente fueron acondicionados, dado su suelo bastante plano. El abrigo principal mide unos 35 metros de ancho, por unos 6 de hondo en su parte más amplia. Hay otro covacho algo separado, siendo el más grande de ellos el que mide unos 10 metros de ancho por casi 7 de hondo. Todo el recinto de muros mide sobre 60 metros de largo. La altura del abrigo es de unos 10 metros en su parte más alta, siendo la altura de los covachos internos algo escasa, de 1 a 2 metros. El corral fue abandonado hace pocos años, y tras el incendio de 2022 ha quedado bastante asolado, cayendo también una pequeña caseta que había dentro del recinto. Toda esta parte fue la que se topografió en 2017.
Y la otra, más al oeste, a unos 50 metros del extremo del vallado y tras una zona con bloques caídos, donde podemos encontrar cinco covachas más, también de origen natural, aunque sin duda, acondicionadas para su uso por personas o ganado. Esta zona estaba en 2017 cerrada por la maleza, y sólo se comentó su existencia, pero ahora es perfectamente accesible y hemos podido documentarlas. Cuatro de estas covachas tienen unas dimensiones medias de 4 metros de hondas, 2 a 5 metros de anchas, y alturas de 1 a 1,7 metros. Pero hay una más grande, la 4ª en sentido E-O, que dispone de 3 bocas con sus correspondientes salas. La profundidad máxima es de 5 metros, el largo total de 9 metros, y la altura de 0,8 a 1,2 metros; dos de estas salas se conectan entre sí a través de una estrecha ventana.
Estas cavidades se sitúan entre la capa de calizas superiores, que forman el típico suelo de “clapiza” de la zona alta, y las capas inferiores con arcillas y margas. Hay que añadir que en este caso, y al igual que en la zona de Peñas Rubias, las rocas calizas son una mezcla de calizas grises y de tobas calcáreas (“toscas”).
Coordenadas del conjunto principal: 30 S 701190 4421539 740 msnm N39.92007 W0.64589
Coordenadas del covacho nº4: 30 S 701103 4421569 746 msnm N39.92036 W0.64690
Documentado por Pepe Juesas y Paco Mas.
Colabora: Ramón Juan.
Vistas desde el Puntalico a otros puntos del Frente |
Laderas del Puntalico |
Boca del refugio nº 13 |
Interior del refugio nº 14 |
Penoso estado de las trincheras del Puntalico |
Boca del refugio nº 26 |
Interior del refugio nº 26 |
Cuevas de los Infantes, conjunto principal |
Covacho nº 4, dos de las bocas e interior |